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martes, 25 de junio de 2013

Siento que grito mucho

No sé si es una percepción mía, si es que con dos pekes 24 horas al día tengo menos aguante o sea lo que sea, pero tengo la sensación que a la peke le exijo más de lo que puede hacer y al enano no le presto la atención que requiere... Vaaaale! Las horas que están en la escoleta no cuentan... 

Este fin de semana pasado la peke nos ha puesto al límite, tanto al bicho como a mí y llegó un momento en que el sábado por la noche, por algo mínimo que hacía ya le decíamos, NO! La verdad es que nos puso a mil. Cosa que hacíamos, cosa que no le iba bien y tensaba la cuerda al máximo. Hasta que llegó un momento que la cuerda se rompió y entre gritos y amenazas serias pretendíamos que nos hiciera más caso, sin conseguir nada bueno...

El día lo había pasado con mis padres en su casa, jugando y haciendo todo lo que quiso y le consintieron todos sus deseos. Llegamos nosotros por la tarde a buscarla y ya se puso a llorar al cabo de cinco minutos de estar con ella y no paró hasta la noche cuando la metimos a dormir a la cama... las horas fueron interminables desde las cinco y media de la tarde hasta las once de la noche de la noche, ya que fuimos a ver a los abuelos paternos aprovechando que estábamos en Palma. ¡Increíble! Incluso los abuelos flipaban con su comportamiento fuera de lugar.

Supongo que todo se unía: sueño, cansancio, volver a casa, hambre, estar fuera de casa, la primera adolescencia, las rabietas, ... no sé que fue, pero que tarde-noche nos dio. ¡De campeonato!

Al enano mientras duró el show de la peke, nos lo íbamos pasando entre unos y los otros en lugar de dejarlo quieto en un sitio o con alguien e intentar que al menos él pudiera descansar tranquilo. 

La situación tengo que reconocer que me superó. Ante este tipo de conductas respondo con la técnica del tiempo fuera: es decir apartar a la niña del lugar, hasta que pasa un tiempo concreto relacionado con su edad. (1 año:1 minuto; dos años: dos minutos, ...) No sé si creeis que es pedagógica o no, pero con la peke me funciona muy bien. Pero al estar en casa de los abuelos me sentía mal pensando en dejarla apartada. Pues creo que lo tendría que haber hecho, y se hubiera parado.

Llega un momento en que te planteas seriamente si les vuelves a dejar a los abuelos que la peke duerma con ellos o no... Hasta que al final piensas que tanto para los abuelos como para la peke es bueno compartir momentos sin los papás.

Me quedé agotada y sólo con ver la cama creo que me quedé dormida.

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