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martes, 12 de junio de 2012

Y el resultado es...

¡Y por fin llegó el día!

El bicho me dijo que durante todo el día de ayer tuvo ardor de estómago y que las horas no le pasaban en el trabajo y es que por la tarde teníamos hora para hacernos la eco de la semana 20. 

Yo al contrario estuve muy tranquila durante todo el día. Dejé a la peke en la escoleta por la mañana y la fui a buscar antes de comer. Bajamos las dos a casa de mis padres y comimos con ellos. Así ya dejaba a la peke con ellos mientras nos hacían la eco.

Llegamos a la clínica Palmaplanas y nos cogieron enseguida. Entramos en la sala de ecografías y nos encontramos a una ecógrafa que se llama Rosa. Me acordaba de ella porque cuando fuimos para hacernos la eco de la peke fue muy amable y simpática. Justo lo contario que ayer. Nada más entrar me dijo que me tumbara sobre la camilla con los pantalones bajados un pelín, que no hacía falta que me los quitara.

Lo hice así y cuando estaba tumbada me dijo que me los bajara más. Pues nada que ahí estaba yo con el culo medio al aire y con los vaqueros que me apretaban en medio del chichi. Para eso me los quito y punto, que estaba más incómoda que nada. Me puso el chorraco de gel en la barriga y me enchufó el aparato de la eco, que no sé su nombre técnico y lo primero que vimos fue su columna vertebral y las costillas. 

¡Qué emoción! Casi a punto de caernos la lagrimilla en el momento más bonito, nos dice Rosa: pues no se mueve mucho, no le puedo ver bien. Y sin mediar palabra me aprieta el aparato en cuestión en la barriga como si fuera un desatascador y mi barriga un lavabo atascado y le empieza a dar meneos para que se mueva el bebé. "Perdona bonita, que entre el aparato y el bebé estoy yo!". Que daño me hizo, y seguía moviendo el aparato arriba y abajo, derecha e izquierda... Para que soltara un poco le pregunté si nos podía decir si era un niño o una niña a lo que respondió: Es muy difícil de ver y a lo mejor si sigue así no lo sabremos.

Cuando derepente se ve en la pantalla entre las piernas dos bultitos y un pene con lo que ella sotó "Tiene pito", y nosotros detrás "¡Qué emoción! pues ya tenemos el nombre" Es que antes de entrar teníamos claro el nombre de niño pero nos movíamos entre varios de niña, con lo que el problema se solucionó al momento. Rosa siguió a su bola mientras bicho y yo no podíamos de la emoción. Al rato de estar con el aparatillo en cuestión intentando que el bichillo se moviera y cambiara de postura para poder verle mejor, nos dijo que saliéramos a dar un paseo por el pasillo a ver si así se movía.



Ya me había tomado tres mini zunos de piña y uva y una napolitana de chocolate, para que estuviera movidito y se ve que no funcionó. Nada más salir empezamos a llamar a los abuelos y tíos y a enviar whats up a nuestros amigos, mientras me recorría el pasillo de arriba a bajo, con un calor insoportable que entraba por los cristales que recubren el pasillo de la Planas.

Nos llamaron y volvimos a entrar muy emocionados y con la esperanza que se hubiera movido. Pues se ve que el bichillo estaba muy cómodo y casi no se dejaba ver el corazón y la carita. Pero bueno al principio tenía la cabeza a la derecha y abajo y ahora la tenía a la izquierda y arriba. Le pregunté si todo estaba bien o si veía algo raro, con lo que nos contestó algo así como "no se ve mucho". Maldita hija de su madre, me puse de los nervios. No nos aclaró si estaba bien o no. Al salir por segunda vez el bicho me dijo que le pareció muy borde que sólo se limitó ha hacer sus cálculos y que casi no hacía comentarios. Cosa a la que estoy completamente de acuerdo. 

Mientras esperábamos que nos entregaran el CD y el informe sentados en el pasillo le dije al bicho que estaba nerviosa porque no me dijo si estaba bien o si tenía algún problema. Esos minutos me parecieron horas. No podía pensar en otra cosa que no fuera que a lo mejor no me había dicho nada porque ten ía algún problema y no me lo quería decir. Cuando me dieron la carpeta con los resultados no esperé ni un segundo para abrirlo y mirar lo que había escrito. Puso que estaba todo normal y que era niño. Uff! que alivio.

Sabeis lo que estoy pensando... Pues que me estoy convirtiendo en una gruñona y no me mola nada. A ver si me calmo un poco y veo el mundo un poco más de color de rosa (aunque odie este color). Mira por dónde se me acaba de ocurrir otra entrada. A ver si mañana la pongo.

Fuimos a recoger a la peke a casa de mis padres y estaban también los primos. Los tres estaban corriendo por el patio sin camiseta y todos sudados ya que hacía un calor infernal, jugando y pasándoselo fenomenal. Nada más llegar la peke corrió hacia mis brazos diciendo mamáaaaaaaa!!!! y con una sonrisa de lado a lado me dio un beso de película. Se me quitaron todos los nervios de golpe. Si es que el amor de una hija hacia su madre y su demostración no tiene precio.

¡¡¡ TE QUIERO PEKE !!!

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