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viernes, 28 de febrero de 2014

Las cosas son así

Cuando tienes un hijo al que el médico cuando lo vio por primera vez en su consulta, dijo que era un niño de alta demanda, lo explicas a tus familiares y amigos y su respuesta es nula o simplemente te dicen: estos médicos no saben que inventar, cuando llevas dieciséis meses explicando la misma historia, cuando dices que es un niño que llora mucho, grita más y nos pone a mil a todos los miembros de la familia, cuando tus padres y suegros te dicen que no es para tanto, cuando tus amigos te cuentan que es un niño muy mono, muy simpático y sociable, cuando como madre y educadora en lugar de jugar con tu hijo lo estás "analizando", cuando...

Llega un momento en el que claudicas. Tus fuerzas llegan a un límite. Simplemente ¡no puedes más!

Intento vivir mi vida al cien por cien, ya que desgraciadamente hace tres años que me rompí un pie, me echaron a la calle y durante seis meses estuve sin poderme mover, sin poner el pie en el suelo y pensando que me quedaría coja de por vida. En ese momento me dije a mi misma: si algún día puedo volver a caminar bien, sin ayuda, ese día saborearé la vida a cada minuto, a cada segundo.

Y entonces te "priva" del disfrute de la vida tu propio hijo, creado en el amor en tus propias entrañas, y que no puede estar ni contigo ni sin ti. Le tienes en brazos llora, le sueltas llora, le pides que quiere llora, juega solo o con su hermana y llora, ... Sólo no llora cuando duerme, que gracias a Dios duerme toda la noche del tirón y por la tarde después de comer y si a él le va bien duerme una siesta. 

Entonces, cuando llevas todo este tiempo explicando que estás con este "problema", junto con otras cosas y que los que creías que eran tus amigos te dejan por el camino y simplemente ves que esa amistad no era tal amistad como tu creías, cuando ves que en lugar de intentarte ayudar te van sermoneando o incluso dándote la culpa a ti, piensas que la vida es la que es y que las cosas son así como vienen.

No puedes hacer que las personas sean como tu quieres que sean. Que a los hijos por mucho que les intentemos educar igual, no reaccionan de la misma manera. Ni que tus amigos, por muy amigos que creas que son, te presten la ayuda que tu esperas de ellos, ya que en un momento dado tu le has dado toda la ayuda y mucha más de la que te han pedido, sin horarios y sin esperar nada a cambio.

Hasta que llega una situación límite en la que vas con los amigos a cenar con los hijos y ven cómo está el panorama y te dicen: pues yo no creía que la situación fuera tan límite y que no sabía que lo estuvierais pasando tan mal ni que el enano fuera tan extremo. Te paras otra vez y piensas: llevo 16 meses diciendo lo mismo y por A o por B no me han escuchado. O cuando un familiar se te acerca o te llama y te dice durante la conversación, ¿pero el enano llora tanto? pero si es muy bueno...

Lo que no pienso hacer es cambiar mi manera de vivir porque otras personas (incluyendo a mi propio hijo) quieran que la viva según su parecer. Lo siento. Estuve 24 años viviendo con mis padres, acatando sus órdenes, rutinas y maneras de hacer. Ahora me toca a mi y si a mi me apetece ir a cenar con los amigos o a montarme una juerga, nadie me lo va a impedir.

Las cosas son así como yo quiero que sean. Acompañaré y respetaré a los que no opinen igual que yo, pero es así como me planteo la vida ahora mismo. Mi madre sigue con el cáncer y en una semana la operan de una necrosis, mi padre consumido por los nervios. Mi marido asqueado del trabajo, pero como es lo único que entra dinero seguro cada mes aguanta. Mi hija mayor adaptándose a la vida con muchos cambios. Mi hijo pequeño de alta demanda. Mis suegros y cuñados missing. Mi hermana viviendo una situación no muy agradable con su marido. Antiguos amigos que se pierden y nuevos amigos que entran de repente en tu vida con un aliento fresco. 

Y yo intentando sacar un negocio adelante, siguiendo estudiando TSEI, siendo madre a full-time, presidenta de la Apima del cole de mi hija, secretaria y tesorera de la Apima de la escuela infantil de mi hijo, la casa, el marido, los niños, ... Me queda poco tiempo para una misma. Pues ese poquito lo quiero disfrutar a mi manera, a mi ritmo y a mi rollo.

Encima dicen que no trabajo...

2 comentarios:

  1. No había leído esta entrada...Vaya panorama. Siento mucho lo de tu madre, espero que la cirugía haya ido bien.
    Decir que una madre (de uno, dos u ocho hijos) que no tiene un curro remunerado no trabaja es no tener ni idea de lo que significa la maternidad.
    Un abrazo y ánimos.

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    1. Aun está con dolor, pero mejorando poco a poco.

      Muchas gracias por tu apoyo.

      Muaks!!

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