Pages - Menu

lunes, 6 de febrero de 2012

La prueba de la glucosa... PUAJ!!!

O también llamado Test de O'Sullivan, y yo la he bautizado como la de las botellitas de las narices!

Si les pidiéramos a las mamás que están embarazadas o a las que ya tenemos a nuestros pekes, cuál ha sido la peor prueba por la que han pasado durante el embarazo, seguro que la gran mayoría de ellas dirían que la prueba del azúcar.

No es por dolor, ya que no te duele nada, sino por el asco que te da, después de haberte tomado esa dichosa botellita de agua azucarada con una cantidad de glucosa tal, que no es raro que el bebé se ponga como una moto y encima a ti te da un asco que ni pa qué. A mí me la hicieron en la semana 26 de embarazo.

Además mi embarazo fue desde la semana 7 más o menos, hasta la semana 34 una vomitona matutina va y otra viene. ¡Horroroso! Lo primero y lo último que veía en el día era la dichosa taza del wàter. Incluso en el trabajo (que yo trabajé hasta muy poco antes de parir y luego me echaron ya lo contaré en otro post...), hacían apuestan de si durante el día vomitaría o no, y siempre era que si. Y eso que me decían que se me olvidaría al ver a la peke, y yo no lo he olvidado!

Pues mira que te hacen pruebas y más pruebas, pero la de la curva del azúcar... vaya telita! Pues llegué al hospital y me sacaron sangre y me dijeron que tenía que tomarme todo el contenido de la botella en cinco minutos como máximo. Entonces pensé que eran tan poco contenido que me lo bebería rápido. Nada más lejos de la realidad. Al tomar el primer sorbo me acordé de todos los santos, madre mía, qué concentración de azúcar, que dulce, puaj... (mecagonentodoloquesemeneayenO'Sullivan. ¡QUÉ ASCO!) Pero me lo tuve que beber y en menos de cinco minutos. Me lo tomé casi todo en cuatro sorbazos para que no durara tanto el gusto asqueroso en la boca.

Seguí las instrucciones de no moverme para nada y de no hacer ningún paseito mientras esperaba a que pasara la hora. Por supuesto tampoco podía ir al wáter, cosa que para una embarazada no es tan fácil... Menos mal que me había llevado un libro para pasar el rato. Pasada una hora me volvieron a sacar sangre y a esperar los resultados. Y entonces tuve un presentimiento, a que me tendrán que hacer la larga?. Pero no me quería adelantar.

Pues sí, señoras y señores. El la consulta, la ginecóloga me dice que por un puntito de nada tengo que hacerme la prueba larga, ¡¡¡la de las tres horas!!! Ya que el límite está en 140 y yo di 141 y no quería que tuviésemos problemas, y para asegurarse. OH MY GOD!!!

Pues si, ya veis a la menda lerenda de vuelta al hospital para hacer la dichosa prueba de O'Sullivan. Menos mal que esta vez me acompañó el bicho durante las tres horas. Llegué y me sacaron sangre y esta vez me dijeron que era muy importante no moverme para nada, que así las prueba sería más correcta. Me dieron la dichosa botellita y cuál fue mi sorpresa, que en lugar de 50 gramos de glucosa era de 80. Era más que un jarabe asqueroso, fue puaj, puaj, puaj y requetepuaj...

La primera hora la llevé bien. Sacar sangre y volver a esperar. La segunda hora estaba grogui perdida y le dije a bicho que se lo dijera a la enfermera, que estaba fatal y cuando se giró para decirselo tuve el tiempo mínimo para llamarle antes de caerme al suelo, y eso que estaba sentada. En esos momentos me llevaron a una camilla con la luz suave y me dijeron que lo importante era no vomitar. Y cómo coño hago ésto, si es lo único que hago últimamente!

Me aguanté y me sacaron sangre las dos últimas veces de tumbada. CAMPEOOOOOONAAAAA!!!! OE, OE, OEEEEEE!!!!

Pero nada más salir de laboratorio hice una visita al señor taza de wáter espectacular. La prueba salió bien y no tuve diabetes estacional ni nada de eso. Menos mal!

Aunque sea horrorosa la prueba, no os desanimeis que todo tiene su recompensa!

2 comentarios:

  1. Hola guapa! Que acabo de conocerte!
    Yo con Parrulin no me hice la curva larga, a propósito me tomé un café antes del análisis para que no me lo pudieran hacer, ja, ja.
    Mi marido es medico y opina que poner a la embarazada como una bomba a ver si explota es correr un riesgo innecesario.
    Se trajo un aparatito de esos de medir el azúcar, me compró un mega helado de tres bolas de chocolate y me midió antes y después. Todo perfecto. Y mucho más agradable!
    A ver con Parrulinchi que pasa.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. No sé porque al final las que no nos enteremos de nada somos las primerizas.
    Jajaja con lo del café y con lo del helado de chocolate. Ójala hubiera sido igual para mi. Genial!
    A ver si con Parrulinchi puedes hacer lo mismo.
    Un beso!

    ResponderEliminar