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miércoles, 24 de abril de 2013

Crepes y tarta de fresas


Me gusta cocinar y sobretodo compartir mis pinitos culinarios con mis amigos. Pero lo que más me gusta es verlos disfrutar. 

Así que el otro día por la tarde, aprovecahndo que el bicho salía "pronto" del trabajo me puse ha hacer tortitas para merendar los tres juntos. Tengo que decir que la receta me la tuvo que chivar la madrina del enano porque no me acordaba de las cantidades, jejejee... 

Ingredientes:
- 500 ml de leche
- 2 huevos
- La harina que se tome la masa para que quede con una consistencia que no se desparrame por los lados.

Elaboración:
- Batir los huevos junto a la leche
- Añadir la harina
- Calentar la sartén y ponerle con un papel de cocina un poco de aceite. Poner la cantidad de masa que queramos (depende de lo grande que queramos las tortitas) Dorar por un lado, girar y dorar y retirar del fuego. Adornar al gusto. 
- En este caso yo puse azúcar por encima y lo adorné con una fresa para cada uno.

Aquí podeis ver el antes y el después. Creo que nos gustó jejejeee...


Ayer fue el cumpleaños de mi padre y para ello la peke y yo le hicimos una tarta de cumpleaños y creo que nos quedó muy bonita, todo sea dicho de paso...

Ingredientes:
Bizcocho:
- 2 huevos
- 1 yogur natural
- 1 medida del yogur de aceite
- 2 medidas del yogur de azúcar
- 3 medidas del yogur de harina
- 1 sobre de levadura química
Decoración:
- Nata para montar
- Fresas

Elaboración
- Mezclar todos los ingredientes del bizcocho (menos la levadura) hasta que sea una mezcla homogénea.
- Añadir la levadura batiendo con fuerza para que coja aire.
- Hornear unos 25-30 minutos a 170º
- Sacar y dejar enfriar
Mientras se enfría (si podeis dejar pasar una noche y está más bueno) batir un poco la nata (que quede un poco líquida) y ponerla por encima. Decorar al gusto con las fresas.

Buenísima!!!



miércoles, 17 de abril de 2013

Adiós chupete!!! Ahora si

Parece que ahora si. La peke está haciendo otro de sus pasos en su crecimiento y ha dejado el chupete. En esta entrada había puesto lo que parecía un principio de dejarlo, pero no fue así.

Ha sido mucho más fácil de lo que parecía. Nos fuimos  a cenar a un restaurante y a la salida del mismo le dieron un caramelo de fresa. Llevaba el chupete puesto en la boca y por la hora que era y la cantidad de cosas que había comido, le dije que eligiera entre el chupete y el caramelo, con lo que eligió el caramelo y me sorprendió.

Como habíamos ido con amigos, uno de ellos la llevaba en brazos y le dio el chupete a él. Le dijimos que si se lo dábamos a él no lo volvería a tener, ya que conocía a una niña más pequeña que no tenía chupete y se lo daría. 

La peke muy contenta se lo dió y se quedó con el caramelo de fresa. Al llegar a casa y meterla en la cama me pidió el chupete y le recordé la historia, teniendo pensado en no dárselo bajo ningún concepto y que nos esperaba una noche toledana. Pues se durmió muy tranquila y me dijo que claro la niña era más pequeña y no tenía chupete y no me lo pidió más.

Sniff, sniff ¡Qué mayor te vuelves peke!
¡Te quiero!

martes, 16 de abril de 2013

Las piernas cortas...

... de las mentiras.

Odio las mentiras y sobretodo que me mientan. Pero cosas de la vida, uno de los mis mejores amigos es un mentiroso compulsivo y me repatea los higadillos. 

Nos conocemos desde que teníamos unos 15 años y 20 años después nos sigue mintiendo. Durante todos estos años nos ha ido soltando barbaridades como que tenía Sida, luego que se había comprado un piso que nos alquilaría gratis a mi marido y a mi cuando nos casamos, que se había comprado un coche, ... Todo cosas materiales, para aparentar o cosas físicas suyas para ser el centro de atención en el grupo de amigos. Pero esta última ha sido como una bola de nieve que cada vez se hacía más grande y que no sabía cómo salirse de ella.

Nos dijo hacía un tiempo que se había comprado un piso, después de haber roto con su pareja, ya que no quería volver a casa de sus padres. Esta vez lo dijo tan convencido y tan seguro que al principio todos pensamos que era verdad, e incluso nos dio la dirección excata, calle, número y piso, pero una semana por una cosa la siguiente por otra, no llegamos a coincidir. Siempre tenía una excusa y durante el último mes y medio cada viernes quedábamos para ir y nunca podía ser.

Pero creo que el el fondo nuestros amigos y nosotros mismos queríamos creer que era verdad, aunque percibíamos que era mentira. Hasta que llegó el viernes pasado y... oh! sorpresa nos dice que no nos lo puede enseñar porque se tiene que ir a no sé dónde porque el caballo se su primo se había muerto... Entonces ya estallaron todas las alarmas y con un grupo de whatzapp nos pusimos todos los amigos a comentar la jugada, y decidimos que lo mejor era hablar en persona con él.

Mientras escribía los whatzapp, recibí una llamada suya en la que me aseguró que no era mentira y que nos demostraría que era verdad que tenía el piso y que se había muerto el caballo. A lo que le contesté que quería y deseaba que fuera verdad, que lo más fácil para mi era llamar a sus padres para prenguntarles por el piso, pero quería que fuera él el que dijera la verdad. Al cabo de poco puso un whatz diciendo que todo era mentira y que quería hablar con nosotros.

Todos muchas o pocas veces hemos dicho una mentira piadosa, de seas que nadie más sabe y sin involucrar a nadie, como cuando mi madre me hace un pastel incomible y le digo que está bueno o que no me he tirado un pedo cuando este huele que apesta jajajajaaa...

Creo que le perdono porque las mentiras no nos afectan en algo importante de nuestras vidas y porque siendo cristiana creo en el perdón y en dar más oportunidades, pero como le dije cuando hablamos y pusimos las cosas claras: esta vez estoy en tu mismo barco y remaremos juntos, pero a la próxima me tiro por la borda y te quedas navegando solo, sin rumbo ni compañía. Ahora no es solo por nosotros, sino por nuestros hijos. No quiero tener ese ejemplo de las mentiras a su lado.

Se ha propuesto ir a un psicólogo que le ayude a controlarse y con nuestra ayuda empezar un nuevo camino, dejando atrás todo lo pasado.

A ver si es VERDAD!

viernes, 12 de abril de 2013

En Joan petit quan balla...

Balla, balla, baaaalllaaaaa....

Esta es la canción que más le gusta a la peke. Traducida al español es Juan pequeño baila, y la podeis encontrar en los dos idiomas en el youtube. Algunos de vosotros sabeis que con esta canción, a la vez que se va bailando, se marcan las diferntes partes del cuerpo: dedos, mano, codo...

Pues bien, la peke se la canta y hace bailar a su hermano y también a las muñecas, con mucho entusiamo, jejejeee. Entonces os cuento la anécdota del otro día.

He empezado ha hacer muñecas de ganchillo y le hice una a la peke. Como os podeis imaginar la muñeca no tiene, dedos, ni nariz, ni orejas. Entonces subimos al coche y la peque se llevó a su muñeca muy contenta. Le puse música en el coche y empezó a sonar "En Joan petit quan balla" y ella y su muñeca a bailaaaaaar! 

Cuando en un momento oigo "mami: la muñeca no tiene dedo" Juas! Pensé. Sólo me faltaría hacer con el ganchillo mini dedos... A lo que le contesté: "no pasa nada.. Imagina que los tiene y sigue jugando". Cuando llegó a las orejas y nariz lo mismo, y cuando llegó al culo... Me dice: "Mira mami si que tiene culo! Jajajajajaaaaa!!!!!! Menos mal que al menos tiene algo pensé yo...

miércoles, 10 de abril de 2013

¡Piedras mágicas!

En el pueblo en el que vivimos, el Ayuntamiento hace unos años, no sé ahora cuántos exactamente, que empedraron el suelo, y le dieron a las calles un aire más medieval y más bonito. 

La verdad es que no pensaron el todos los beneficios que tienen estas piedras para todos. Es pasar con el cochecito del enano por encima y no veas como se queda dormido. Incluso hoy, que parecía que no había manera de dormirse por la mañana he salido a comprar hasta el supermercado y al dormir se ha dormido. Por eso entre las mamás que llevamos el cochecito lo comentamos: "Las piedras mágicas, para dormir".

Tienen un mantenimiento mayor que el asfalto, ya que pasan todo tipo de tráfico rodado, incluso durante las fiestas de la Beata, que son las del pueblo, pasan carros tirados por asnos, burros y caballos. Las inclemencias del tiempo, que viviendo en un sitio situado entre montañas en una isla, la humedad se queda más tiempo y que al ser un material como la piedra, que cuando se levanta una tiene el efecto del dominó y se levantan todas de su lado. 

Os dejo la foto de las "piedras mágicas para dormir"

martes, 9 de abril de 2013

La Pascua en el McDonals

Ayer lo estaba recordando con mis amigas inseparables, mis hermanas...

El día de Pascua, normalmente comíamos cada año en casa de mis padres, pero como mi madre está enfermita, pues decidimos entre todos ir a comer a un restaurante del Portitxol de Palma, que se llama Portitxol Corner.

Llegamos un poco tarde al restaurante y nada más entrar me embistió como un toro del encierro de San Fermín, la que parecía ser la dueña del local, preguntándome con una voz bastante autoritaria si teníamos reserva. Le contesté que sí y me dijo que habíamos llegado tarde. Imaginad: mi madre que casi no puede andar, mi padre, al que ya se le notan las canas, el bicho con la peke en brazos y yo con el cochecito con el enano, nada, una familia de jóvenes que se mueven con soltura y sin "cargas" familiares que tienen todo el tiempo del mundo y que sus horarios los rigen ellos (por si no lo habéis notado esto último es en tono sarcástico total...)

No sentamos en la mesa y como todos los astros este día estaban alineados para que las cosas no fueran bien, pues la mesa que nos habían reservado estaba en la terraza, sin sombrilla ni parasol que valga, con un Solano que pegaba que partía las piedras. Pero no nos quejamos ya que era la única mesa libre y la dueña parecía un bulldog. 

Mi hermana a todo eso y haciendo gala de su falta de puntualidad, no aparecía ni ella, ni su marido ni los niños. Tres cuartos de hora después me envió un whatsapp diciendo que con el cambio de horario no se habían dado cuenta de la hora que era y que ahora iban. A todo esto habíamos pedido unas bebidas que llegaron media hora larga tarde. Para dos ensaladas diferentes y un plato de croquetas esperamos ¡Una hora!. En el restaurante había unas diez o doce mesas y tres camareros... Y en la comida, oh! Sorpresa! aliño con aceite de nuez y yo soy alérgica a los frutos secos, y eso no estaba puesto en la carta, y en la otra ensalada de tomate y mozzarella había dos pelos! Las croquetas pasables, aunque no quitaban el hipo. 

Todo esto lo habíamos pedido con la intención de que se hiciera una paella mientras comíamos y el tiempo de espera fuera más corto. Juas, juas! Nada, que esperamos en total casi dos horas para que nos hicieran la dichosa paella, que cuando la sacaron para servir estaba mal y nos dijeron que en diez minutos nos hacían otra a lo que le contestamos que no hacía falta que la hicieran, que nos íbamos. 

La que parecía la dueña del local nos contestó con voz bastante impertinente por no decir desagradable, que como habíamos llegado tarde no podían servir la comida antes y sin rechistar le dije que casi dos horas para hacer una paella... a lo que volvió a contestar que había mucha gente y que no podían hacer nada.

Pensé que en un día de pascua y teniendo que reservar para ir, haciendo una previsión de gente y de camareros no pueden decirte que has llegado tarde y que hay mucha gente cuando tienes un negocio de cara al público y quieres mantenerlo con los tiempos que corren. Salí tan indignada del servicio y que encima nos cobraran casi 50 euros por dos ensaladas, un plato de croquetas tres martinis y un agua...

Al final terminamos el día de pascua en casa de mis padres con McDonalds para todos y los pekes corriendo por la terraza más felices que nadie. Ah! Eso si, con huevos de pascua para todos, unos más grandes que los otros... jajajajaaaa

jueves, 4 de abril de 2013

¡Cómo hemos cambiado!

¡Hola amiguitos y amiguitas de la blogesfera!

Primero de todo explicar que he dejado de escribir durante una semanas porque, estaba insegura, me sentía triste y las dudas me invadían. ¿Lo hago bien? ¿Sobreprotejo al pequeñajo y desprotejo a la peke? ¿Sigo con la leche materna o cambio a la de fórmula? ¿Les dedico el tiempo suficiente a los dos por igual? ¿He dejado de atender al bicho para ir a mi bola, mis normas, mis cosas,?... y un sin fin de preguntas que con una sola frase se despejaron, como si de un nubarrón se tratara.

Os cuento lo que sucedió. Fui a la visita de la revisión que hace la enfermera de los cuatro meses del enano y ella fue la que me dijo que tenía muy mala cara. Que a ver si me encontraba bien. Y como todas somos un poco presumidas, pues la verdad hice un clic en la cabeza ya que no nos gusta que nos digan que no tenemos buena cara. Le dije que estaba hecha polvo, que el enano me tenía frita por las noches ya que se despertaba cada dos por tres, y que yo de cansancio me dormía con él en la cama, con la intención de al menos poder dormir un rato, aunque fuera una hora. Que durante el día lloraba y lloraba cuando le dejaba solo y que apenas podía hacer nada. 

Y ella me dijo que aunque intentemos ser unas súper mamás, que no lo podemos ser eternamente y que necesitamos descansar igual que los otros miembros de la familia. Que si una noche se tenía que levantar el papá para darle un biberón que no dejaba de ser menos madre.

Todo esto me llevó a pensar y reflexionar mucho... pero mucho. En resumen, os cuento que el enano ha pasado de dormir en nuestra habitación a dormir en su cuna y en su habitación; de tomar leche materna a demanda a tomar leche de fórmula con cereales; de despertarse no sé cuántas veces por las noches a un biberón sobre las 21, otro a las 2:30 más o menos y el siguiente ya a las 9 de la mañana. Increíble! Yo estoy más descansada y de mejor humor, cosa que repercute directamente en la peke y el bicho.

Lo que la verdad me ha costado mucho, pero muchísimo, y aún hay momentos en los que me entran las ganas de llorar es que el enano ya no toma leche materna,... No es que me sienta menos madre o más madre por darle, pero es una sensación que las mamás que habéis dado pecho lo entenderéis. Pasa de alimentarse exclusivamente de lo que produces para él a la leche de fórmula con cereales. Y lo que más me jode hablando mal y rápido es que me digan: "Claro, es que este niño pasaba hambre. Tu leche no debía ser buena". ¡Coño! ¡Qué puñetera rabia! No hay leche buenas, ni leche malas. A lo mejor es que necesitaba su espacio, su tiempo, volverse mayor y yo tranquilizarme, todo sea dicho de paso...