Ayer se presentaba una tarde de lo más divertida para la peke, dar un paseo, ir al parque un ratito, comprar unos peces para la nueva pecera e ir a ver a los abuelos. Esperar allí al bicho y volver a casa para bañito, cenar y dormir.
¡¡¡PUES NOOOOOO!!!
Ayer fue una tarde de mierda, dicho mal y rápido. Fui a buscar a la peke a la escuela infantil y me la encontré el medio del pasillo, a medio vestir y sin zapatos. Bueno, nada que la cogí, me la llevé al cambiador la vestí y me la llevé al coche. La monté a ella primero y luego a su hermano, ya que si te despistas un momento la puedes encontrar en medio de la calle y sin mirar si vienen coches.
De camino a Palma le iba dando galletas Tuc y le contaba que nos íbamos a comprar dos peces nuevos para su pecera. Ahora tenemos dos que se llaman Coca-Cao (jajajaaa XP) y le encanta mirarlos. Por el camino de bajada se quitó los zapatos, cosa que parecía que había superado, pues no! Le dije: "cariño los zapatos no se quitan, porque cogemos frío y nos resfriamos". Su respuesta fue un grito descomunal que, despertó a bimbi y a mi me dio un susto que por poco nos salimos de la carretera.
Entonces le dije: "no chilles en el coche que asustas y podemos tener un accidente" Y su respuesta fue ponerse a gritar como una posesa y a llorar como si le hubieran hecho daño, algo fuera de lo normal. Mi reacción fue, no hacerle caso porque si no iría a más. Al cabo de nada me la veo por el retrovisor que, aun llorando como una descosida, se quita los calcetines. A lo que le dije que eso no se hace porque tendrá los pies fríos y se tendrá que tomar jarabe y dalsy (cosa que odia, como todos los niños más o menos) y su reacción fue aun peor más gritos y más llantos, con las manos en la boca y lágrimas y babas todo mezclado, un cuadro. Tiró la galleta que se estaba comiendo al suelo del coche de rábia que tenía y empezó a chillar mientras lloraba (sa galetaaaaa, "la galletaaaaa").
Chillido va chillido viene, y los dos llorando uno porque le habían despertado y la otra aun no sé el porqué de esa reacción, llegamos a Magatzem verd y bimbi se había hecho una caca. Supongo que se había cagado del susto. Mientras le cambiaba la peke seguía gritando, y mientras le decía que no lo hiciera. Mientras iba contanto hasta 10 para no pegarle un grito, ya que si le dices gritando a un niño que no se grita, no tiene mucha cogruencia, no?
Hasta que no puede más y le dije: Calla! un poco más fuerte de lo normal. Me até a bimbi en el pañuelo porta-bebés y me fui hacia su puerta, para bajarla a ella y pedirle qué le pasaba. Cuando fui a coger los zapatos y calcetines del suelo del coche, me pegó un sopapo en la cara que me hizo saltar las gafas al suelo. En décimas de segundo pensé en no arrearle otro a ella, por la misma razón, decir que no se pega mientras tu le pegas, aunque sea un cachete que no duele. Conté hasta 100 y mi reacción fue que por su mal comportamiento no íbamos a comprar los peces y que a casa de los abuelos subiría descalza.
Me desaté a Bimbi, lo puse en la maxi-cosi y a la peke le dije que se callara de una vez, y esta vez con un tono de voz más fuerte y ya con poca calma. Al llegar al garaje de mis padres, la dejé bajar a lo último y la hice caminar descalza. Al entrar a su casa les dije: "mirad los pies de la peke" y la reacción de mi madre fue: "pobrecita, se va a costipar" y le contesté "pues ya le daré jarabe!" Les conté lo que había pasado y la niña seguía llorando. Yo con los nervios a tope me senté y respiré profundo, mientras mi madre hablaba con ella y le dijo que a la mamá no hay que pegarle y a nadie. Le puso los calcetines y los zapatos. Y le dijo que me pidiera perdón y me diera un beso. Que no le iba a dar sugus (que le encantan), ni vería dibujos, porque se había portado muy mal.
¿Qué coño le debió pasar por la cabeza?, ¿qué le pasaba?. Aun hoy lo estoy pensando y no encuentro solución. Pero al final llego a la conclusión que no sirvió para nada todo lo que hicimos, ya que al cabo de un rato volvía a quitarse los zapatos y los calcetines, ¡manda cojones!
Me sentí una mierda, un asco, apisoteada y con un dolor de espalda que ni os cuento la tensión que llegué a acumular. Los labios ardiendo y con el corazón encogido. Aunque no tenga la culpa yo de su comportamiento me sentí muy mal. Y mira lo que son las cosas, justo en el preciso momento en que pensé esto, me entra un whatzz de una muy buena amiga pidiéndome cosas de niños y diciéndome que "no conoce a nadie que razone tanto cada detalle de lo que hace con su nano". ¡Gracias!
¿Qué hubierais hecho?