
Aprovechamos para cortárselas cuando ha salido del bañito, que así tiene las garras más blanditas y son más fáciles de cortar. Digo garras porque, aunque no le dejamos que apenas le crezcan, cuando lleva alguna uñita más larga que la otra y te agarra, arañazo seguro.
Pero como Tom Cruise en cualquiera de las entregas de Misión Imposible me pongo tranquila y con voz dulce de mami amorosa le digo: "vaaamos a cortaaar las uuuñas de laaaas maaaaaanoooossss". Entonces la peke ya retira la mano y siempre tiene cosas que enseñarte de lo que tiene a su alrededor y si no tiene nada te enseña la luz. La voz dulce y cariñosa va cambiando poco a poco a seria y es entonces cuando le cojo la mano y con casi la fuerza del Increíble Hulk y se las corto como aquel que está en el campo y esquila ovejas zas, zas, zas jajaja...
Pero no os creais que ahí se ha terminado todo. Noooooo... Queda la otra mano y las de los pies. Entonces la voz ya cambia por completo: autoritarismo y poca paciencia. "Venga, ya dame la mano y no la muevas". "Juas, juas! no la muevas dice mi mami" debe pensar ella y derepente la peke zas! se vuelve pintora abstracta en el aire, porque empieza a mover la mano de un lugar a otro sin dejarla quieta. Seguro que si le damos un pincel y un papel nos pinta un cuadro bien chulo (quien sabe a lo mejor estamos delante de la próxima Dalí y nos saca de pobres...)
Le agarro la mano, ya convertida en la madastra de Blancanieves, y con una técnica depurada le corto las cinco uñas de una sola pasada (a veces no) pero la mayoría de veces así es. ¡Trabajo hecho!
Debe hacer más o menos una semana que el bicho después del baño le cortó las uñas de los pies. Yo estaba haciendo la cena y se oían desde la cocina unos gritos que parecía que la estaban matando. Estos lloros duraron cerca de media hora, el tiempo que tuvo que estar el bicho con paciencia de santo para cortarle las dichosas uñas de los pies, que se dice rápido, pero son veinte navajillas que cortar en unos pies que no paran. Al rato entraron en la cocina: la peke más contenta que unas castañuelas, riendo y hablando, y el bicho con una cara de desencajado el pobre... Y un "uff" lo resumió todo.
Me sabe mal por el bicho, pero las uñas de las manos se las cortaré yo, pero las de los pies va a ser cosa suya.
¿Y vosotr@s cómo lo haceis?